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Las Ventanas- Puchuncaví, Chile
Reflexiones cristianas, videos y audios

BIENVENIDOS

Le damos gracias a Dios por esta hermosa oportunidad de usar estos medios de internet.

Desde esta página les mostraremos los avances de esta nueva obra de la Asamblea de Dios Autónoma en LAS VENTANAS, Comuna de Puchuncaví.

Esperamos en el Señor que este blog pueda ser de mucha bendición para tu vida.

Gracias por visitarnos

domingo, 16 de enero de 2011

LA IMPORTANCIA DEL PERDÓN

El pequeño Zeca entra en la casa, luego de ir a la escuela, golpeando fuerte sus pies en el piso. Su padre, que estaba yendo para el quintal a hacer algunos servicios en la huerta, al ver aquello llama al niño para una conversación.

Zeca, de ocho años de edad, lo acompaña desconfiado.
Antes que su padre le diga alguna cosa, habla irritado:

- Padre estoy con mucha rabia. Juca no debería haberse peleado conmigo. Le deseo todo lo peor para él.
Su Padre, un hombre simple más lleno de sabiduría, escucha, calmadamente, al hijo que continua su reclamo:

- Juca me humilló en frente de mis amigos. No lo acepto. Me gustaría que el se quedase doliente sin poder ir a la escuela.

El Padre escuchaba todo callado en tanto caminaba hasta un reparo donde guardaba un saco lleno de carbón. Llevó el saco hasta el fondo del quintal y el niño lo acompañó, callado.

Zeca ve el saco ser abierto ante él y antes de que hiciese alguna pregunta, el padre le propone algo:

- Hijo, has de cuenta que aquella camisa blanca que se está secando en el tendedero es tu amiguito Juca y cada pedazo de carbón es un mal pensamiento tuyo, en dirección a él. Quiero que juegues con todo el saco de carbón y la camisa, hasta el último pedazo. Después yo vuelvo para ver como quedó.

El pequeño halló que sería un juego sumamente divertido y puso manos a la obra. El tendedero y la camisa estaba lejos del niño y pocos pedazos acertaban el blanco.
Una hora pasó Zeca en terminar la tarea. El padre que espiaba todo de lejos, se aproxima al hijo y le pregunta:

- Hijo como te sientes ahora ?
- estoy cansado pero alegre porque acerté muchos pedazos de carbón en la camisa.
- Ven conmigo hasta el cuarto, quiero mostrarte una cosa.

Zeca acompaña al padre hasta el cuarto y es colocado en frente de un gran espejo donde podía verse el cuerpo entero. Qué susto !!! Solo conseguía ver sus dientes y los ojitos.

- Hijo, viste que la camisa casi no se ensució ?, más, mírate !!.

El mal que deseamos a los otros es lo que nos acontece. Por más que podamos atrapar la vida de alguien con nuestros pensamientos, la borra, los residuos, quedan siempre en nosotros mismos.